31.7.08

Pedro Godoy

LOS PANADEROS

Somos nueve esqueletos demacrados de sueño,
que consumen los hornos en nocturnas faenas,

nueve sombras metidas en un sótano inmundo
ambulando debajo de las bombas eléctricas.

Con los torsos desnudos, tironeando la masa,
hechos ganchos los dedos por la ruda tarea,
al compás del resuello van y vienen con ritmo,
mientras cruje en la hornalla la brazada de leña
y el silbato alcahuete del gendarme, en la esquina,
hace ronda en el sueño de la casa burguesa.

Laboramos la harina que mañana, allá arriba,
de pancitos calientes llenará la vidriera:
los pancitos rosados como caras de niños,
que estarán entre espejos y papeles de seda.

Y después...
otro esclavo en un grave repartir reverencias
que le ganan limosnas, servirá entre sonrisas
en los grandes hoteles, con bruñida bandeja!


Pedro Godoy (1900-1986). Poeta nacido en Buenos Aires; vivió los últimos años de su vida en una carpa en Mar del Plata, muy cerca de Barranca de los Lobos. Adhirió desde muy joven al pensamiento anarquista. Colaboró en "La Protesta" y otras publicaciones libertarias. Desempeñó diversos oficios: panadero, albañil, pintor de brocha gorda, cuidador de coches, y en su juventud fue croto. Se lo vinculó a los poetas sociales de Boedo y publicó en la Editorial Claridad. "Poeta en toda la dimensión de la palabra, conoció las miserias de la opresión y las persecuciones; siempre postuló la libertad, la vida sin prejuicios, el viento y la lluvia sobre su mirada; y una mujer a quien amar, una compañera que soñara junto a él. Lector de San Juan de la Cruz, se sentía más ácrata y solitario que nunca leyendo sus poemas frente al mar, frente a las olas, en la playa, solo y múltiple", anota el poeta Carlos Penelas. Publicó: "A cara o cruz", "Vidrio de punta", "Brocha gorda", "No hay lemas" y "Milonga de los caminos".

21.7.08

Claudio Ferraris

PIBE

se fuma el filtro
se deshilacha la voz en las esquinas
se moja la lluvia cuando todos huyen
se descalza porque sus pies son las veredas
cuenta las monedas que cambió por estampitas
a la hora que la calle es un baldío
un poco suya, del diariero y de la luna
sus ojos rojos
amarillos
verdes
se los dio Baires una reina prostituta
príncipe del hambre en plena democracia
no creo que su vida inspire en él ningún poema.



Claudio Ferraris (1956-¿1977?). Poeta nacido en la ciudad de Buenos Aires; secuestrado y desaparecido en dicha ciudad en 1977. Estudiante de Letras, se desempeñó en la editorial Granica y posteriormente en los talleres del diario "La Opinión". Junto con Juan Pablo Móbili publicó "Poesía de mimeógrafo". Es el suyo un decir de urgencia donde se aborda lo social descarnadamente, sin intención –ni tiempo- para un trabajo de orfebrería poética. No dejó libro editado.

8.7.08

Juan Carlos Talbot

MI VECINO RIEGA EL JARDÍN

Las seis, la tarde. Un corazón rosado
sobre un cielo color de primavera,
se aposenta en el alma de la calle.

Abandonado el libro, un viento a vino,
a cordial bienvenida, a primeros azahares,
me traslada.

Doña Carmen saluda, mas sospecha
que tengo no sé qué de ideas raras,
porque un día le dije de la iglesia…
y otro día le hablé del sindicato.

La rubia me saluda también,
como a un objeto más dentro del barrio
porque se va al encuentro
de un muchachito pálido
que se me antoja un niño.
Tan viejo debo estar, según parece.

Entre las verjas, entre verdes gastados
y limones robustos,
entre plantas guardadas con embudos de lata,
mi vecino riega el jardín.

No puedo imaginármelo de otra manera,
en otra posición, en otro gesto;
el cigarrillo y la boquilla enhiesta,
su interés cansado por el caer del chorro,
regando su jardín a cualquier costo.
En el mundo ocurren otras cosas
infinitas o bellas
o trágicas y absurdas.
Se inician guerras, se terminan panes,
se pone en marcha el hombre en el espacio
o se queda encerrado en una mina
para siempre.
Se bota un submarino, nace un ave,
se gana un campeonato,
se suicida cualquiera,
crece un gesto capaz
y marcha el canto.

Y mi vecino mira su manguera.

Me lo imagino a veces
regando el Everest,
espulgando araucarias
o sacando parásitos de un cactus,
bajo el sol de Arizona.
Y no puedo adherirle transistores,
plataformas políticas,
donaciones de sangre,
carburante de estrellas
ni cheques de viajero.

Mi vecino es así:
termina en su manguera,
en la boquilla,
en los zapatos húmedos,
en la tarde, a las seis,
bajo un cielo color de primavera.



Juan Carlos Talbot (1923-1990) Poeta. Radicado de pequeño en Lanús, provincia de Buenos Aires, donde falleció. Apasionado promotor cultural y organizador de encuentros literarios, fue director de la revista "Ateneo" y cofundador del Gupo Editor Mensaje. Colaboró en periódicos y revistas del conurbano bonaerense y de la Capital Federal. Obtuvo el primer premio de poesía en el Instituto Cultural Argentino-Mexicano. "Ideado en los comprometidos años ’60, el protagonista del poema se aparta de los arquetipos de la época –héroes o villanos- y prefigura más bien el cerrado individualismo y la tan mentada anomia social de nuestros días. Contribuyen a la vigencia del texto su fluidez y amenidad, así como el toque de humor que acentúa la justeza de la observación y le quita tiesura al mensaje", apunta Haydée Breslav. "Reflejos", "Sala 14", "Claros rincones del suburbio" y "Regreso a la canción"
son sus libros de poesías.

7.7.08

Gabriel Chaparro

POEMA DE ACERO BLANDO

(A los padres trabajadores de la ex SOMISA,
que estuvieron alejados de sus hijos.)


Pinchado el corazón,
en el turno noche,
tenía pinchado el corazón.
Pero yo besaba igual
a la distancia
tu tibia piel dormida,
e intentaba saber
en qué rincón del mundo te parabas.

Sabía que era el llantito descalzo de una cuna amarilla,
el mimando preferido de una perrita guacha
que se agregó en la casa
y te cuidaba el sueño.

Eras un cachetazo rojo ensangrentado de dolor;
por eso supe siempre que tus ojos eran algo diferentes,
que tenían otra cosa,
que se hicieron de algodón.

No sé si mamá te hablaba de mí,
de mis cansadas horas extras al cincuenta.
No sé si ahora te molesta que te toque,
no sé si me escuchás cuando te hablo,
no sé si tenés fiebre,
si te duele la panza, el pecho o la existencia.

Sí sé,
que sos un barquito de cáscara de nuez
hundido en la zanja del vecino,
un barrilete que se suelta,
que navega hasta el infierno del sol,
que se pincha con un rayo
y cae de punta en el baldío de tu infancia.
Yo voy a verte corriendo,
y observo que tenés quebrada la caña de tu esqueleto vertebral,
y sos ahora un puñadito de papel e hilo choricero
atado a tus manos y a tus pies;
y caminás rengo por el pueblo
con un padre ausente,
ayer,
en el trabajo.


Gabriel Chaparro (1964). Poeta, escritor y periodista nacido en Arroyo Seco, provincia de Santa Fe; reside en San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires. Integró obras poéticas conjuntas; en 1992 formó parte de la "Segunda antología de la poesía nicoleña". La voz de Chaparro no necesita de temas "poéticamente trascendentes" para elaborar su decir, por el contrario, convierte en trascendentes temas cotidianos de luminosa humanidad. Poemario: "Los robos de SOMISA".

Alfredo Omar Busch

POEMA I

Todas las noches orino en frágiles vidrieras
y todas las noches siento este grito de sal en mi garganta,
este grito de sal sin Cristo y sin paloma,
este grito de sal, o pájaros, o nubes, o violentas pestañas sumergidas
entre una angustia de tréboles o estrellas;
todas las noches orino delante de los peces y la luna
porque me siento latir entre podridas magnolias o en un destierro de grises calaveras,
porque me siento latir entre oscuras palabras derribadas
por un aire de azúcar y azucena,
porque me siento latir entre rojos murciélagos de angustias
o en asesinados gestos de heliotropos.

Todas las noches orino entre manzanas y ataúdes
por un tiempo de amor que no ha llegado,
por una clara paloma sin luto cotidiano,
sin tragedia, sin nombre, sin ortiga,
sin cuchillos ni muertos, ni pestañas;
por una clara paloma de harina y candelabro
y cintura de amor y manos sin otoño.

Oh lento maldecir y padecer y amar
una agresión de llanto sin mejilla.


Alfredo Omar Busch (1931). Poeta y periodista nacido en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, donde reside. Fue integrante del Grupo Bonaerense Arroyo del Medio.Intervino en obras conjuntas ("Doce poemas") y en distintas antologías ("Primera antología de la poesía nicoleña"), son algunas de ellas. La poesía de Busch es un humano grito esperanzado en medio de inhumanas oleadas de zozobra. Poemarios: "Las nostalgias" y "El libro de los amuletos", entre otros.

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