24.7.10

Alberto Lagunas

EN ESTA CASA YA NO CABEN LOS MUERTOS
a Edna Pozzi

En esta casa ya no caben los muertos.
No a medianoche entre velas
ni en la niebla que confunde el paisaje
sino al mediodía
y a pleno sol
en las llanuras como un llanto infinito.
O entre montañas
que repiten el llanto.
Allí debemos sentarnos
y tratar de comprender
el pasadizo que une
el pasado
con las huellas del presente.

Sin culpas
sin miedos
eludiendo mentiras
de los que empuñan la verdad.

Inocentes como el lobo
apaleado en las fábulas.
Inocente como el cóndor
de Olegario Víctor Andrade.
Y también con lo recordado
que dijo José Hernández.
Bárbaros
como un joven hachador
desnudo.
No sabemos ya
cómo continuar.

(Cuántas voces a coro siguen diciéndonos
"yo fui viajero del dolor"
en caminos del fango sin tiempo)

En esta casa ya no caben los muertos.
En yuyales insepultos
están los muertos de Huaqui
los de Cancha Rayada
los de Vilcapugio, los de Ayohuma.
Y en desfiles patrios
los fantasmas desfilan.
Son los fantasmas de los guerreros
que iban a conquistar en siete días Asunción
y escondidos siguen sus cuerpos
pudriéndose
en pantanos tropicales.

Dónde quedaron los muertos
del 16 de septiembre de 1955
ametrallados por aviones
en Plaza de Mayo.
O los que acribillados caían
en el puente de Arroyo Saladillo.
O los degollados
que morían bailando
la refalosa en su propia sangre.

No son rumores.
En esta casa ya no caben los muertos.
Los gritos ahogados en los campos
de concentración
de los cuarteles,
miles de voces enmudecidas por la tierra.
Y la muerte por agua
solloza gritando por las noches
en las costas del Atlántico Sur.
O los mártires torturados y muertos
por ser hombres cuyo delito fue
escribir nombre de varón
en el corazón de sus almohadas.

Teas apagadas por el espantoso
susurro: "yo fui viajero del dolor"

qué herencia de la patria dolida
nos queda
si ni siquiera hay fuego para quemar tanta mentira.


Alberto Lagunas (1940). Poeta, narrador y ensayista nacido en San Nicolás de los Arroyos, donde reside. Incluido en varias antologías de su país ("Primera antología de cuentistas nicoleños" (1984), también lo ha sido en otras de América latina. Como narrador, su "Diario de un vidente" obtuvo el Primer premio internacional del certamen organizado por la Editorial Losada en, 1980. La crítica literaria Inés Santa Cruz dijo: "Lagunas construyó un personaje que se llama Alberto Lagunas, una suerte de cronopio rosarino-nicoleño con perspicacia de matemático, corazón de poeta romántico embarcado en entroncados laberintos del barroco hispano con el simbolismo. Un ser hipersensible que vive para la literatura y aspira a un mundo justo". "Cantos olvidados" y "En esta casa ya no caben los muertos" se citan entre sus poemarios.

16.7.10

Sylvina Bach

EL CAMINO LARGO

Y entonces le dije al lobo:
"Ahora el mundo ha cambiado
Y los manantiales de agua se llevan los rastros
de mis pasos en el bosque.
Me alejo de los sembradores de palabras en el aire.
Nado entre los tiburones y los saldos de los peces moribundos.
Aquella canastita es solamente la nostalgia de mi madre,
una forma de las nubes en la tarde.
No te creas a salvo de los monstruos de la noche.
Yo tengo los ojos tan grandes
Para nunca dejar de mirarte. "



Sylvina Bach (1975). Poeta y escritora nacida en la provincia de Tucumán, donde reside. Licenciada en Psicología cursa el doctorado en Psicología en la UNT (Universidad Nacional de Tucumán). Asidua concurrente a encuentros nacionales de escritores, fue seleccionada por el poeta Santiago Silvester para integrar la antología "Poesía Joven del Noroeste Argentino". También intervino en otras antologías que reúne trabajos en prosa, como "Monoambientes", que compiló Andy Nachon. Su poética se vale del recurso nada fácil de la analogía para transmitir al lector lo que él mismo debe descubrir, para luego asombrarse. Aún no ha editado libro de poesía de su autoría.

15.7.10

Horacio Guarany

SI SE CALLA EL CANTOR

Si se calla el cantor calla la vida
Porque la vida, la vida misma es todo un canto
Si se calla el cantor, muere de espanto
La esperanza, la luz y la alegría.

Si se calla el cantor se quedan solos
Los humildes gorriones de los diarios,
Los obreros del puerto se persignan
Quién habrá de luchar por su salario.

Que ha de ser de la vida si el que canta
No levanta su voz en las tribunas
Por el que sufre, por el que no hay
Ninguna razón que lo condene a andar sin manta.

Si se calla el cantor muere la rosa
De que sirve la rosa sin el canto
Debe el canto ser luz sobre los campos
Iluminando siempre a los de abajo.

Que no calle el cantor porque el silencio
Cobarde apaña la maldad que oprime,
No saben los cantores de agachadas
No callarán jamás de frente al crimen.

Que se levanten todas las banderas
Cuando el cantor se plante con su grito
Que mil guitarras desangren en la noche
Una inmortal canción al infinito.

Si se calla el cantor... Calla la vida.


Horacio Guarany [Eraclio Catalín Rodríguez Cereijo] (1925). Poeta, cantautor y novelista. Nació en Las Garzas, provincia de Santa Fe; reside en Luján, provincia de Buenos Aires. Fue uno de los pioneros que inauguró el Festival Nacional de Folklore de Cosquín (Córdoba) en 1961. Las rudas tareas del monte santafesino, primero, y los varios oficios que después desempeñó para sobrevivir -como únicas escuelas- fueron los nutrientes para su creatividad. A los 18 años llegó Buenos Aires donde intentó vivir del canto, que sólo logró muchos años después En 1955 se afilió al Partido Comunista argentino. En la década del 70 debió exiliarse tras sufrir un atentado con bomba y ante las reiteradas amenazas por parte de la Triple A, radicándose en México y finalmente España. Retornó a su patria en 1978, en plena dictadura militar, donde volvió a padecer un nuevo atentado, pese a lo cual permaneció en su país. Paseó su canto y su poesía por todos los escenario de América latina, la ex Unión Soviética, y no pocos de Europa. Entre sus novelas se citan "Sapucay", "El loco de la guerra" y "La creciente". Las letras de este incuestionable decidor popular saben conmover a su auditorio con calidez a la vez que vigor porque nacen de las misma raíces donde se nutre el pueblo; lo que no es poco, más bien digamos que es lo esencial. Sus composiciones no han sido recogidas en libro.

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