24.12.06

José Portogalo

CANTO A MI PAN

Con pan de mi amor alimenté raíces.

De ráfaga-navío pan de nube
de noche-madrugada pan de trinos
y lágrima de pan de la pobreza.
El pan del vino aguado.
El funerario pan de los rincones.
El pan del ofendido
humillado
abolido.
En pan el pan el pan de los canteros
con el pan de los pájaros de mi alma.
Mi pan dije una vez (oh pan de piedra
trizándome los dientes)
nació del frío denso de los surcos
y del hueso pelado del rocío.
Y había una gaviota iluminada
y una espiga
de cárdeno rumor viva en mis sienes.
Había un cielo efímero
una lluvia
cenicienta y atroz con cicatrices
socavando mis yemas.
Había sin embargo dulzura de pan fresco
de gorrión despeinado de la música
que se nutrió del árbol de mi sangre
con ese ritmo sordo de cigarras
que aturden mi memoria.
Sus plumas custodiaron mis palabras
y su pico el latido de la brisa
sobre mi corazón amotinada.
Vino a mi voz en símbolo clareado
y me dio con el viento el pan insobornable
imbatible
durísimo
del mar con la cuchara de las olas
y el humo del tabaco de mi padre que ha muerto.

Cómo lo conoció mi infancia
definida
en la mejilla aireada del aromo
del abrojo del níspero del pámpano la higuera
y del libro escolar garuado en un baldío.

De pronto salió el pan salió de las arrugs
del labrador con hambre
y de la finca aérea del hornero.
Y yo
salta-alambrados
pierna al aire del aire avispa ronca
y hojaldre de los sueños
"como un ojo que ve claro" pude ver
destellando esplendores
el ojo de la vida
la inocencia del pan
y el encendido soplo de la escarcha
que preanuncia el exilio ante el abismo.
Y diría en fugaces imágenes del vértigo
primavera-gorrión gorrión-verano
y amor hilo de fragua
resplandor
caricia de agua quieta sobre el musgo.
Y mi vocabulario y mi cuaderno
perdido en un galpón
con la locomotora de un tren que nunca olvido.
Y diría también linterna humedecida
armónica herrumbrosa
y mendrugo de pan entre mis vértebras.
De pan-gorrión entonces mi esqueleto
mi barba con espuma mi calvicie
mi fulgurante lengua de pan-gorrión
alígera
y súbita alfarera de mañanas
que ha rodeado mi pecho de júbilo radiante.
Mi pan dije una vez (oh pan reflorecido
del vaho en las colinas)
izó luz infinita pan de gallos
que asea alta la noche los molinos
y el belfo echando azufre de un potro ingobernable.
Y vi cómo del ojo de Éluard amanecía
el ojo que ve claro pan de fuego
y de raudo aletear mi pan de río
mi gorrión-primavera mi semilla
de ese pan rutilante
pan de sol.

Pan de lumbre ganado repartido.
Pan de frente rozando el horizonte.
Pan de hermano de amigo solidario
pan de voz.


José Portogalo (1904-1973). Poeta, escritor y periodista nacido en Calabria (Italia); a los cuatro años lo traen a la Argentina, donde décadas después nacerá a su seudónimo. Desempeñó diversos oficios antes del llegar al periodismo, que ejerció, entre otros diarios, en "Noticias Gráficas" y "Clarín". El tango, y caminar su ciudad -Buenos Aires- fueron dos de sus grandes pasiones. "Portogalo -dijo el poeta cubano Manuel Navarro Luna- ha podido llegar, como muy pocos poetas de esta generación, a un perfecto dominio del lenguaje poético, sin que por ello su comunicación directa con el pueblo falte en ningún momento en su poesía". Citamos entre su producción poética: "Tumulto", "Destino del canto", "Mundo del acordeón", "Perduración de la fábula".

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