12.12.06

Norberto Barleand

VOLVER AL HOMBRE

I

Entonces era posible
el canto,
el amor,
la poesía.

Era, entre muchos,
un todo de sueños,
un paisaje con cisnes.

Era posible saltar erguido
con todas las caricias
en la placidez de la tarde.

Volar en un cielo
opulento,
de susurro azul esperanzado.

Era todo Espacio,
página,
labio
donde transitaba la melodía del viento.

Era sombra,
certidumbre,
plenitud
en la fértil sonrisa del futuro.

II

La belleza de ser,
en ilusiones primarias,
apartando el Horror,
la llama,
la estopa y la ceniza.

La fatuidad del surco,
su infamia.
La membrana atroz de la ignominia,
su pereza de engaño
y prepotencia.

Volver al hombre.
Simplemente restituírlo
a la raíz milenaria de su ternura,
a la profundidad de sus lágrimas,
a la intemperie de Hambre.

Volver al Asombro,
a la soledad,
al tiempo.

Volver para siempre,
a las ansias sublimes,
insignes y extremas,
definitivamente.



Norberto Barleand (1942), poeta que desplegó gran actividad como colaborador en diversas publicaciones, entre ellas el periódico "Pro-Tango" y la revista "Papirola".Su poesía “de naturaleza clara, sin simbolismos caprichosos, y con la onírica y el ensueño de los post-románticos, se manifiesta con la autenticidad de un corazón que navega en la corriente de la pureza, la exaltación y la estima. [...] Alejándose cuanto puede del renunciamiento y el conformismo, se deja atraer por una mirada que desvanece los tonos oscuros, que se sustrae del dramatismo tiñéndose de inquietud y que aferra su tiempo como único tiempo posible”, según palabras de Ricardo Rubio para encuadrar la poética de Norberto Barleand. Sus dos poemarios editados son: “Presagio de utopías” y “Cenizas de la tarde”.

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