3.12.06

Víctor García Robles

OÍD, MORTALES

(del Himno Nacional Argentino)

Oíd, mortales
oíd en verso biselado
las espirales de la confidencia,

oíd, carroña pura, hermosos míos,
chiquillos peleadores,
que lo que está
por írsenos ahora,
en contados segundos,
de un
momento a otro,
de cabeza
al légamo primario,

es la mujer niquelada de ternuda,
es la bengala
de nuestro hijo en su dadá
incipiente,
lo que va que va a írsenos
en un ligero soplo
sísmico, meteórico,
es aquel sonajero de la madre,
aquel fetiche paternal querido,
junto a la
fosa
rosa,
junto al lúmen
del pájaro astarteo,

junto a la calle con ferreterías,
junto a la solfatara y la calera,
con el cañaveral y el jangadero,
con el hachero y el pueblo y el maizal,

todo se irá de golpe, mis mortales,

todo con performance de satán a una tebaida
peor que glaciación sin in Sibónido.

Maestro lumbramiento, mis chambones!

Hongo astral, asombroso
según los entendidos
en Hiroshima
y Arizona y el Sahara,
ay del pétalo,
ay de la mañana,

sí, boquiabiertas,
sí, petulantes,
sí, bárbaros tilingos
de tres por cinco,

televidentes,
radioescuchas de la united press,
charlatanes ministeriales,
babeantes bobos del platito de sopa,

pobre el hornero con el pico embarrado todavía,
pobre de la muchacha con su ensueño del minio,
pobre del ciego
leyendo con sus dedos inocentes,
pobre del paralítico
en su ortopédica esperanza,
pobres todos nosotros
sucia la lluvia, negra la nube,
oscura la manzana en primavera,
inútil todo el sol, la casta selenita,

triste la parturienta y tristes los paridos,

tristes de todos, para siempre,

lástima el verso
sietecolores,
lástima el augusto stradivarius
maniático en la cumbre,
qué lástima Rousseau el Aduanero
Van Gogh, Picasso y compañía,
amargo el vino,
muy amargo el café,
amarguísimo el último tabaco...

Oíd, mortales quisicosas,

oíd que ya no habrá sabiduría,
primate célebre
por su pulgar opuesto.

No habrá rueda ni pólvora,
vapor, émbolo, nada,

oídlo, no habrá cinematógrafo,
qué pena por la risa de Carlitos,

no habrá circo ni discos de Caruso,
porque si pasa
si el botarate y el cobista
y los señores de inmenso caduceo
dicen de pronto, imbéciles,

por miedo al monstruo propio,
al
tiranosaurio aerodinámico,

si le dicen
de pronto
al dedo militar,
al dedo orate,

ATENCIÓN
TOQUE
APRIETE EL BOTONCITO...
¡PUMBALALÁ!
Chau pinela la mañana,
al infierno el dadá con las vendimias,

y entonces
y entonces y
entonces,

OÍD, MORTALES,
NO MÁS OÍD MORTALES,
NO MÁS STARS AND STRIPES
FOREVER,
NO MÁS BEKE,
NO MÁS SHALL BE,
NO MÁS MYFAIR NI WALL STREET,
NO MÁS PETRÓLEO NI URANIO
PARA NADIE,
NI UNA MIGA,
NI UNA SONRISA,
NI UNA LÁGRIMA,
NI UNA PALABRAS,
NI UN CENTÍMETRO
DE HOMBRE NI ARGANTONIOS.

NO MÁS NADA, OÍD, escuchad antes
el verdadero
grito sagrado,
antes que sea noche en el planeta
empedernido,
OÍD, DEMENTES MORTALES,
OÍD!



Víctor García Robles (1933) es poeta, artista plástico, escultor y docente. Con otros escritores fundó la revista "El grillo de papel" que luego se convirtió en "El escarabajo de oro", publicación ésta donde dirigió la sección Poesía. "Oíd, mortales" le valió el premio Casa de las Américas en 1965. Su poética es una permanente preocupación por el hombre y su destino puesto a prueba casi a diario por la insania de los poderosos; pero como corresponde a todo humanista -y García Robles lo es- su verso señala los errores y marca el camino a transitar, con una voz casi grito, para hacer posible un cambio de actitud que pueda evitar la hecatombe. "Oíd, mortales", "Pan y paz", "Despertador" y "Te atraparé, centella" son sus poemarios editados.

Matpec - Hosting, Diseño Web y Multimedia
RelojesWeb para Pisos!
Emoticono Bandera Argentina